jueves, 21 de agosto de 2008

Mi primer mes

Sabemos que el último sabor de boca resulta casi siempre determinante en los comportamientos posteriores. Mentiría si no digo que de España me fui con un sabor de boca inmejorable; por eso, y por otras muchas más cosas diría que mi estancia aquí es un tanto agridulce. La añoranza de mi tierra se enfrenta con la alegría y el bienestar de haber conocido aquí gente maravillosa. Como Dennis, un compañero de casa además de compañero de trabajo, que se terminó convirtiendo en amigo.

Espero que te vaya muy bien y suerte en el torneo de Nueva York.

El primer mes ha sido veloz a la par que intenso, he aprendido bastante a todos los niveles. Espero que todas las enseñanzas me sirvan cuando regrese (si es que regreso) a mi país.

Ahora mismo el sol deslumbra Ste-Adèle; mejor dicho… esta semana es la primera en la que se puede disfrutar de unos días de cielo despejado. Porque aquí no ha parado de llover salvo en contadísimas ocasiones.

Tengo que recalcar que este mes aquí he visto de todo, "I've seen things you people wouldn't believe”, como por ejemplo un tatuaje en el trasero en el que se leía “your name”, he visto a la policía finalizar fiestas españolas, he visto a vecinos presentarse en las fiestas con el teléfono inalámbrico amenazando con llamar a la policía. Tampoco me puedo olvidar de los que se disfrazaron de Obi-wan kenobi y de Darth Vader para celebrar que se iban de vacaciones, ni de los que llevan gafas de buceador para protegerse del sol en los breaks, ni de… En fin, podría estar así todo el día.

Me despido con más fotos, la primera es de un hotel del pueblo que tiene sus propias cataratas, las siguientes son del río por el que paso todos los días cuando voy a trabajar y la última es de la primera fiesta española que hicimos.